domingo, 18 de noviembre de 2012

Cuidar el nombre, el nombre propio que bordea lo que uno es, que a menudo sentencia lo que uno no es. Cuidar el nombre propio en boca ajena, afinar el oído cuando otra boca pronuncia el nombre de uno.

Hay nombres que generan sombras en otros nombres, y también encontramos nombres que abonan otros nombres.

Si tu nombre no consta, no te preocupes, seguro que estás... aunque sólo tú lo sepas.